domingo, 2 de noviembre de 2008

vanagloriarse

marcho rauda a tomar algo con una amiga, mañana me voy a albacete, a  una universidad nueva a hacer el cap, entre gente nueva, sin casa y sin nada, con una mochila y una espina en el corazón.
me duele y lo hará siempre que haya gente que me conozca a fondo y a la vez no me deje conocerla a ella, que me mienta para tranquilizarme, y busque el momento adecuado para dominar la situación.
sé que todo el mundo teme ser leído y traducido, tener miedo es normal, pero cerrar las puertas totalmente es doloroso para todos.
para mí, es el momento adecuado, la excusa perfecta para cambiar una clave, con una razón antigua, consigues un nuevo premio, un espacio nuevo que estabas deseando exigir y no sabías cómo, y quizá todo lo que proteges para que no conozca, se quede al desnudo, nada más que por tí, y tus propios juegos, el hilo que tu coses para ordenar tu vida, trae tu propio caos.
no pondré mayúsculas hoy, este texto no las merece, es sólo un enfado, sé que no tengo fuerzas para hacer lo que debo hacer, una vez más lo voy a intentar, y así hasta que lo consiga, tu prefieres tener paciencia, hasta cansarte de jugar, yo lucho a mi manera, una manera tonta y pacífica, me quejo, a veces a destiempo, lloro, a veces demasiado y otras poco, huyo, y doy la soledad que uno exija, no dirá nadie que obligué a vivir una mierda. viva la eutanasia moral, vida a la gente visceral, que hace cosas para arrepentirse pero las hace, y viva yo aunque esté en un vacio entre esas dos personalidades que vanaglorio, quizá todo cambie, ya lo he dicho, sólo hace falta fuerza, y no engañar a nadie. ni a uno mismo.