martes, 15 de febrero de 2011

Ir flotando en una barca.

Se abren nuevos planos en las vidas de mujeres cansadas.
Que antes sólo podías estar en casa y salir al mercado.
El Ama De Casa.
Hoy día tenemos ordenador, Internet, teléfono, incluso conservamos el egoísmo de la infancia.
Ya no es tan fácil aburrirse, aunque tampoco conseguimos divertirnos.
Tantos medios de comunicación, que nos dan formas de buscar amantes nocturnos que digan entendernos sin salir de casa, amigos que nos escuchen y cuenten sus problemas y miedos.
Pero no tenemos la valentía de ser nuestro alias o parecernos a nuestro avatar.
Demasiada facilidad, demasiada libertad a nuestra conciencia, nuestra comunicación verdadera se ve mermada a cambio de una comunicación en un mundo virtual, que como el universo real vive en expansión.
Las normas en esta maraña están desdibujadas, y creyéndonos totalmente libres, parecemos espectadores tan sólo. Espectadores de un circo de los horrores. Buscando los nuevos monstruos de nuestra era informática. Nunca sucedió que hubiera tanta admiración a lo extraño. Porque antes la distancia era real. Veías un hombre elefante a tan sólo unos metros y tu corazón se encogía y se asustaba, reía por fuera, se acongojaba por dentro. Sin embargo en la red de redes nada está presente y lo está todo.
Las normas son laxas y el límite es nuestra saciedad.
No está el miedo a la conversión en monstruo, algo así como en la película de freacks:_ "Uno de nosotros"_Gritaban los "monstruos".
Hoy miramos desde nuestra "ventana indiscreta", buscamos reflejos de nuestro interior, maldades y bondades.
Y creemos que no somos monstruos, que somos normales, buenos vecinos y agradables hijos porque nuestra "vida real" no sale de nuestro barrio y trabajo.
Pero yo me pregunto si es tan monstruo el que observa como el que hace, y algo más, sí es más monstruo el que hace o el que aplaude.
Quizá nuestro corazón de la vida virtual esté cada vez más presente hasta que olvidemos del todo los pequeños placeres "reales".

domingo, 6 de febrero de 2011

Las niñas de rosa.

No sé ni quién ni cómo se inventó.
Vestir a las niñas de rosa y a los niños de azul.
Nos dicen desde bebés, qué somos, quienes somos... No dudes, ya está escrito.
Y si eres diferente, no podrás elegir, deberás ser rosa hasta borrarte, porque no esperan otra cosa de tí.
Las pequeñas diferencias, que tu no reconocías, te etiquetaban y marcaban de por vida, ahora ven delirante que nos numeren con códigos de barras, que invasión a la intimidad, que invasión a la humanidad.
Da igual, nos gusta tenernos controlados.
Nos gusta también que existan los raros, a los que podremos criticar, a su cara miradas crueles a sus espaldas burlas infantiles.
Y mientras, a las puertas de colegios veo niñas vestidas como muñecas, el rosa las rodea como a un merengue de fresa artificial.
Se marcó una tendencia quizá ya olvidada, se recuperan las riendas contra tu liberación.
NO VISTAS A TUS HIJAS COMO UN DULCE.
SON PERSONAS QUE DEBEN APRENDER A PENSAR
¿NO?El rosa de su infancia se fue degradando hasta una oscuridad en su adolescencia. Porque siempre pensó que era una princesa, y creía que las princesas eran felices y doradas.
El rosa como representación femenina.
Ese color tan bonito no es culpable de nuestra estupidez humana.
De que se le añadan lazos, purpurinas y "JanasMontanas".