Un ritmo diferente
Para cada persona que vive y que envejece.
Un corazón sin son
Que palpite cuando te ve despedirte.
Un pecho muerto, quieto
Que sólo se reanima para saludarte.
Rodeado de gente joven
De espíritus frescos y soñadores
Y luego la subespecie
De los melancolicos especimenes
Y bohemios locos.
Yo me arrancaría el tiempo
Que estoy triste sin entenderlo
Y me quedaría sólo con un momento
De toda la vida entera
En que creí que el amor era cierto.
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