domingo, 16 de julio de 2017

Automedicación.

Me encuentro feliz y me sorprendo, más cada día.
Sonrío y dejo de soñar con las personas que me lastimaron,
queriendo o sin querer, a veces una les regala el cuchillo.
Me entretengo y ¡oh sorpresa! me divierto.
Me suelto y me recojo el pelo, me visto con alegría
ya está dentro listo para regodearse en lo de fuera.
Vuelvo a tener apetito de libros y revistas,
colores, cuentos, vídeos y fotografías.
Una tirita aquí, una venda allá,
una vacuna contra el autoencierro.
Tengo ganas de estudiar y me concentro
¿cómo puede ser tan fácil de nuevo?
Su nombre es lejano, el del otro más cercano,
el de ella es basura empujada por el tiempo.
Aparecen a veces resquicios de su realidad
y sigo satisfecha, enorme, orgullosa.
No he necesitado decirme que nunca pasó
engañarme enterrando a nadie
todos, hay sitio para todos en mí, sed felices.
Yo vuelvo a salir a jugar.

No hay comentarios: