Ella ha mostrado lo que hay de exacerbación del deseo y de sociabilidad de la representación en esos desafíos físicos, en esos besos esbozados y nunca dados, en esos abrazos frustrados hasta no poder más, en esas manos varoniles aferradas a un muslo, en esos talleres arqueados que nunca llegan a acoplarse, en esas epidermis que se rozan una y otra vez, siempre para repudiarse. Ella ha sabido encuadrar magníficamente, cercenar en los cuerpos, imponer unos decorados cargados de historia y habitarlos de movimientos, evocar y sugerir más que mostrar. Encerrada en su laboratorio, Isabel Muñoz luchó con el negro, y allí en ese espacio de la alquimia, se apropió de unas técnicas antiguas y potentes que la obligaron a realizar unos negativos inmensos para inscribir en el papel, gracias a la oxidación de las sales de platino, las imágenes que previamente había separado.
3 comentarios:
que fotos mas bonitas!!! voy a buscar mas cosillas de estas que me han gustado un monton!!
Un beso bella, por cierto te has perdido mi escenita en el cine viendo rec, cuando te lo cuente te vas a reir... Abrazotes!!!
me encanta...y a tí desde hace tiempo, esta mujer hace que me identifique mucho con ella, su manera de ver a la mujer, y al hombre, su sensibilidad al plasmarlo...hacen que la fotografía cobre sentido en este mundo de la saciedad en la imagen.
que certeras las dos
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