martes, 19 de abril de 2011

Ahora, más fría, puedo borrar unas cuantas menciones a la...


Cuántas veces he llorado por tonterías,
he gimoteado por mis cosas de niña
y he crecido para maldecir
trabajos, estudios y en resumen,
la superficie de la vida.

Y ahora, cuando entre descansos
de esta lucha en el ring
me vuelven a dar un puñetazo
de nudillos agrietados, blasfemos,
de todo lo que ella me enseñó
y ahora,
que me toca recuperar esos apuntes,
de esos momentos de cruel certeza.

es la natura
su decisión es que siga,
su decisión es que frene una alegría,
una agonía,
una palabra en una boca.

No puedes luchar cuando no hay guerra.
Se te ofrece una batalla
pero se te avisa de que
la decisión está tomada.

Porque mi voz no tiene cabida,
aquí sólo manda la natura,
la raíz. ¿Ahora?

Trago saliva, me digo: sé fuerte.
En este segundo
creo saber de que se debe llorar,
por qué cosas he de levantar la mano,
abrir los ojos y mirar desde arriba.

Se debe reir por la vida,
se debe soportar la decisión de la natura,
y se puede llorar por la muerte.

Todo lo demás es un charco en los ojos
de una niña.

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